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Mostrando entradas de 2015

Poner la otra mejilla desde el Tao

Es complejo abordar esta idea. Dejar de intervenir para poder intervenir. El sin sentido se torna mayúsculo cuando queremos impregnarlo de resultados. La sombra de nuestro ego se disuelve progresivamente al ritmo que vamos comprendiendo estas palabras. El soneto de nuestra música depende de la ausencia de instrumento, de aire, de intérprete y de oyente. Quizá porque la música en si misma tiene otra naturaleza que va más allá de nuestra reducción al interpretarla. El sonido de la brisa, de las olas o del bambú al crujir por el viento son, por sí mismos, un instante en el aire que se nos aproxima para vibrar de algún modo en nuestras entrañas. La adaptación como modelo de vida se dibuja finamente en una apuesta por el silencio frente al ruido. Intentamos callar nuestras voces interiores para ser capaces de escuchar lo que el pueblo, los buenos, los malos, los leales y los desleales tienen que decirnos. Pero al decirlo ellos no somos más que ellos mismos rebotando en un cuerpo que

Está ocurriendo ahora

Qué magnífico espectáculo y que afortunados somos al poder observar el cielo y su tormenta mientras rayos de luz se filtran entre las grietas que dejan nubes blancas y grises, quizá para provocar parábolas absurdas en las que podamos imaginar designios divinos que esperamos que aparezcan en forma de milagros inexplicables. Esta percepción del concierto luminoso celeste, orquestado por truenos, relámpagos y vellos erizados es, en sí misma, un verdadero milagro que nos empeñamos en descartar para imaginar un milagro de otra índole. Esta ceguera nos atrapa y se traslada a muchos otros campos de nuestra existencia en el que confundimos la tremenda realidad con un reflejo imaginado de ella. El presente inundado de belleza y de terrores, ese presente en el que vivimos y en el que viviremos siempre, nos parece insuficiente. Para evadirnos de él planteamos grandes planes, grandes proyectos, participamos en la llamada transformación del mundo, sin caer en la cuenta de que el mundo ya se

Suficiente para ser

El deseo como uno de los principales males del ser humano y, a la vez, el motor que genera el caos existencial que nos invade. El yang parece no tener medida en esta etapa de nuestra existencia. Crecemos, crecemos y seguimos creciendo sin saber realmente para qué lo hacemos. Faltos de la conciencia que toda dirección precisa, nos aventuramos a ampliar sin descanso el espacio vital de nuestra especie. Abordamos, invadimos, exploramos y usurpamos todo aquello que nos rodea en un único reflejo que nos aleja cada vez más del centro yacente en nuestro interior. Todo este proceso parece no ser otra cosa que un intento desesperado de nuestro ego permanente de evitar a toda costa la expansión interior tan necesaria. La lejanía de lo externo tiene su correspondencia en la lejanía de nuestro interior. Sin embargo nos engañamos confundiendo el destino de nuestra búsqueda al olvidar voluntariamente que tan solo en el instante presente, con todo lo que contiene y todo lo que le falta, están to

Caer hacia arriba

En otras entradas hemos tratado tangencialmente el fenómeno de las apariencias. Dadas las repetidas alusiones que aparecen en el texto sobre este tema, parece oportuno dedicar un instante a reflexionar sobre ello sin perder de vista el contexto general en el que el libro nos propone diluirnos. Hasta seis advertencias nos refleja el último texto sobre el que debatimos (8 – B7 – XLV, pag 233). Lo grande se hace pequeño al pasar por el filtro de nuestro intelecto. Lo que aparentemente es fácil de comprender entraña en sus más profundos fractales complejidades insospechadas, tanto en su propia naturaleza como en la dinámica que anima a todos bajo y sobre el cielo. El escarmiento siempre acecha detrás de cada afirmación que osamos realizar sobre algo de semejante magnitud. Nuestra visión imperfecta, vacía, curvada, tartaja y torpe es del todo insuficiente para definir aquello que es más grande que la propia existencia que somos capaces de percibir. ¿Cómo alcanzar una visión más clara q

¿Bondad o supervivencia?

Parece difícil pensar qué decisiones son más importantes en nuestra vida. En un texto como el Daodejing nos encontramos con esta cuestión constantemente. No acaba uno de aclararse si en realidad se trata de una autocrítica personal en la que tomamos prestadas las palabras del texto como pretexto para borrar o rehacer campos de la memoria extraviados. El presente siempre supera a cualquier interpretación que el pasado nos regale o el futuro nos prometa. Aquí y ahora cobra vida realmente cualquier pregunta sobre nosotros mismos. El buen hombre o la propia vida parecen enfrentarnos a una cuestión trascendental en términos de difícil interpretación antagónica. ¿Acaso no es posible combinar ambos extremos? ¿Cómo podemos valorar con justicia su precio? La bondad se nos presenta como una cruda realidad inalcanzable en la medida en que somos o no somos. Esta cuestión anterior a la misma pregunta viene injertada de otros señalamientos de mayor profundidad. La escalera de preguntas que

Lo más débil del mundo cabalga sobre lo más fuerte

Nos debatimos en comprender a qué se refiere el texto sobre la debilidad y la fortaleza. Entramos en reflexiones descontextualizadas sobre estas dos polaridades de un todo que contrasta desde su aparente antagonismo para revelarnos el único elemento que subyace bajo cualquier dicotomía materializada. Como si de un bien o un mal se tratasen, pretendemos explorar la interioridad de cada uno de estos conceptos para no llegar a ninguna conclusión satisfactoria. ¿Por qué lo débil cabalga sobre lo fuerte? Quizá la debilidad del agua, su fluidez y su capacidad de adaptación contrasta con la rudeza del suelo en el que el  río  se apoya. Cualquier lecho y sus potentes rocas no son más que un tipo diferente de flujo materializador en el que el presente, el pasado y el futuro se intercalan más lentamente. El agua en su fluidez avanza mucho más deprisa, siempre aconsejada por la inclinación del terreno. Los obstáculos que se encuentra en el camino intentan refrenar la caída cuyo destino no

Algunos consejos de preparación

Nuestros encuentros son más que un espacio para compartir las reflexiones que nos suscitan los textos que acordamos preparar, pueden ser el pretexto ideal para aprender y conocer más de la cultura china. Para lograr estos dos objetivos es preciso que ampliemos los márgenes del texto para adentrarnos en aquellos complementos que puedan enriquecer no solo nuestra comprensión lectora sino, también, nuestra posterior reflexión proyectada a campos útiles de nuestra cotidiana realidad. Conocer más de Lao Tse, ver algún documental televisivo sobre la época, leer algún artículo relacionado o escuchar alguna entrevista a expertos o eruditos sobre el tema nos puede ampliar significativamente el área de abordaje del texto. Sistematizar el procedimiento de preparación del encuentro puede ser una buena forma de mejorar en este sentido nuestra intervención personal y de garantizarnos un disfrute de conocimiento y participación aún mayor de lo habitual. Hemos querido señalar algunas pautas

Charlas del Dao De Jing. Uno, dos y tres, dudamos.

«Abandonamos la plenitud que nos configura con la esperanza de poder experimentar algo nuevo, puesto que, al hallarnos completos, al serlo todo, experimentamos inmediatamente cuanto existe, cuanto es, todo salvo la duda, que el absoluto se encarga de excluir». El diario Estanislav Lem La duda aparece en nuestro escenario personal como un fragmento dado que nos garantiza el paso de fase. De alguna forma se torna pasaporte entre nuestras áreas evolutivas, documentos que permiten, una vez cerrado el circulo completo de lo que debía acontecer, asomarnos a un nuevo territorio por explorar, un territorio lleno de peligros, de alegrías, de sorpresas y de todo aquello que configura un nuevo nivel de experiencia que será la antesala de otro nuevo fractal evolutivo posterior de nuestra conciencia. Esta capacidad para dudar establece un modelo de fractura permanente que puede hacer que nuestra estructura básica, sin haber completado el segmento de su evolución correspondiente, se d

Nueva categoría de Obras y Autores

Abrimos una nueva categoría que puede ser de utilidad para esos momentos en los que el cerebro, casi seco, no encuentra aquél fragmento de título literario o autor escondidos en sus circunvoluciones. El reto, como siempre, vencer a un tiempo insuficiente para leer y para opinar sobre lo leído. En este caso nos limitaremos a rebuscar a aquellos autores que nos permitan ampliar, a través de sus textos, ese sentimiento y conocimiento unificados de una cultura que se escapa entre los dedos del que intenta sujetarla. China, en toda su grandiosidad, en todas sus miserias y en todo aquello que nos suscita el interés desconocido de comprender esta amalgama humana aparentemente impenetrable. Para esta nueva categoría de nuestro blog hemos definido una estructura que intentaremos mantener, siempre que se pueda, que consistirá  en una breve descripción del autor fundamentada en algunas reseñas biográficas relevantes, una descripción de sus obras más relevantes, algunas personales nuestras y ot

Retornar (al principio)

The return of the beautiful gardener - Max Ernst Decía Gaudí que la originalidad consiste en el retorno al origen; así pues, original es aquello que vuelve a la simplicidad de las primeras soluciones. El aforismo sobre el que hemos trabajado en esta última cita de nuestro club de lectura sobre el Dao De Jing nos habla de este movimiento, de este retroceso de retorno al principio que nos plantea, siempre indiscutible, el movimiento del Tao. Complicado es aceptar en estos días que una propuesta nos invite a retroceder, pero cómo no hacerlo si nos encontramos al borde de un abismo merecido. La reflexión, lejos de ser el arma de la que se vale el Zhi Ren (hombre perfecto) para afrontar la escala de su propio desconocimiento, se aparca a la vera de un futuro posible para adentrarse en un presente en el que el pasado solo ha dejado meras cicatrices físicas. El camino es de vuelta al origen inexistente que nos entregó una luz inesperada. Ese no ser del que vinimos, encarnado en el s

Las apariencias engañan a los bobos

Desde el espacio temporal que ocupa la supuesta batalla entre el El emperador amarillo , Huang Di y El emperador Yan de la gran meseta tibetana, hasta nuestros días, parece que nada ha cambiado. Decía Jean Paul Sartre, uno de los grandes filósofos del siglo XX, en su magnífica obra La náusea que «n ada ha cambiado y sin embargo todo existe de otra manera». Y quizá esta aproximación filosófica a la eternidad manifestada del momento existente, desde un existencialismo inversamente proporcional a la responsabilidad del individuo de dar sentido a su vida, nos muestra un aspecto interesante del que reflexionar sobre el tercer texto del Dao que hemos trabajado en esta última cita de nuestro club. Lo que en aquellos tiempos era, sigue siéndolo ahora. Las conjeturas de superioridad o inferioridad quedan en entredicho con un paradigma intermedio que acapara un estado de equilibrio necesario pero de difícil aproximación. El Dao en su indefinible estructura se oculta a los ojos de a

Atravesados por el segundo capítulo. Próxima cita el 28/01/2015

Tang Yin. Quiet Boats of an Autumn River, c. 1500.  Ink and color on silk.  11 1/2 by 11' 6 1/4".  National Palace Museum, Taipei Nos decía Samuel Wolpin que cuando se rompe la cáscara de la personalidad corriente y el ser entra en contacto con sí-mismo, dejan de afectarle las penalidades y los goces mundanos: él ya se encuentra en un estado de conciencia participante de la totalidad universal. Abrazamos la idea de alcanzar el uno como una forma de interpretar un estado de equilibrio justo para la vida y para su sentido. Todo el Lao Zi nos habla de la estructura equilibrada de los pilares fundamentales de la vida. El cielo, la tierra, los espíritus, los valles, los señores y los reyes, siguiendo este orden en el texto, se normalizan al momento de alcanzar un uno que apunta a un estado de anulación de las contradicciones bipolares de lo existente, transformándose por si mismos en un acierto de intercambio complementario entre los dos extremos de una vía que cond