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Mostrando entradas de agosto, 2016

Acumular virtud

Maitreya (The Buddha of the Future) Country: China Date: 557-581 Medium: Bronze and gilding Mudra Nos afanamos en conservar lo que en su propia naturaleza no perece. Necesitamos comprender el sentido de la restricción para justificar nuestro arrebato hacia el animal que nos contiene sin diferenciar con claridad quién habla con quién. Es el vacío el que otorga su poder en una estructura anclada en la mesura. Que vigila el éxodo involuntario de su propia voluntad disfrazada de fluidos que empujan desde dentro como si algún gusano lo llamase. Ese momento de tensión inalterable en el que la virtud se contamina de presencia y la carne, infalible en su capacidad de fallar, nos promete un minúsculo instante que declina nuestra esencia preparada para otros fines. Sucumbimos a esta receta de la reserva para mantener la firmeza que el carácter requiere pintado de ideal, aunque en lo más irrelevante de nuestro propio eco asentimos conocedores de la ilusión melancólica que todo esto sus

El arte de la guerra I

Iniciamos un análisis veraniego complementario a nuestra habitual reflexión sobre el Daodejing , nos referimos al Sun Tzu, El arte de la guerra . Cabe preguntarse por qué es importante este libro para los practicantes de artes marciales. Quizá, desde la perspectiva del que pretende profundizar en el sentido de su entrenamiento, esta pregunta carezca de sentido pero, para el que se asoma ahora a este viejo y nuevo mundo, para el que comienza el estudio de la vía, el arte de la guerra puede ser una fuente de sentido práctico, simbólico y filosófico, entre otros muchos, y una fuente de inspiración de incalculable valor. Existen numerosas versiones y traducciones del texto original, pero no ha sido nuestra intención hacer un análisis exhaustivo de contenidos en planos comparativos ni en valoraciones filológicas que escapan a nuestra limitada capacidad de erudición. Hemos querido abordar una reflexión práctica que nos sea de utilidad para replantearnos las cuestiones que nos competen

Luz que no deslumbra

Antes de hacer un malicioso análisis de uno mismo es conveniente definir el principio y final que nos divide. Establecer el marco en el que discurre lo justo que nos sitúa justo en el centro de nuestro sentido, ni un milímetro más ni un milímetro menos. Avanzar directo puede ser una fórmula que comprometa nuestro sentido grupal insoslayable. El mar comienza en el horizonte y termina en una orilla en la que entra y sale a su placer, mas no gobierna en realidad el daño que inflige a la costa, tampoco la forma en que engulle y escupe el sol. Son los límites del otro los que configuran los nuestros, es nuestro espacio bien delimitado el que evita que caigamos en la desgracia de querer ser más que otros, de exponer rectitudes que no van con el orden de un universo incomprensible. Aceptar lo natural nos aleja de la desgracia escondida en una irreal felicidad permanente, tan solo el silencio nos corrige antes de que el ansia de ruido nos corrompa. Ir y venir pero sin demasía, sin arr