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Mostrando entradas de julio, 2019

Entre el vientre y el ojo. 56

¿Qué diferencia el vientre del ojo? Dentro y fuera se revelan como espacios ocultos o visibles sobre los que poner la atención. Sentir no es lo mismo que ver, pero ambos son imprescindibles para tener la experiencia conjunta del lleno y del vacío. Yin y yang se manifiestan en algo tan evidente como lo que vemos y lo que no vemos, lo que medimos y lo que sentimos, lo que surge de nuestro interior y lo que nos llega desde el exterior. El sabio apunta el rechazo, pero me cuesta aceptar un yang sin su yin y viceversa. También nos muestra que frente al exceso debemos inicialmente contener por completo lo sobrepasado, no definitivamente, tan solo lo que dure el proceso de equilibrar ambos mensajes. No hay luz en el interior que nos regala un caos imaginado. Fuera corremos el riesgo de corregir y agrupar en segmentos más fáciles de interpretar, reduciendo el todo a unas partes inconexas que nunca nos dan la plenitud El corazón de la experiencia no tiene reglas, no tiene orden, no t

Sin dudas

¡¡NO DUDES!! Durante el entrenamiento, no dudes. Siente, pero no dudes. Explórate a ti mismo reverberando en los impactos cuando golpeas. Siente el instante, despeja la duda, encuentra el sentido en tu entrega voluntaria y absoluta al momento. Hazlo como si cada día fuese un bautizo marcial inesperado. Déjate sorprender por la rutina; solo en el silencio desvela ésta sus matices. Aprende a disfrutar la experiencia sin objetivo directo, el alma recoge sus frutos en plazos muy largos. No te escondas del instante, el precio del esfuerzo es minúsculo frente a ser auténtico, ser real, ser parte indisoluble del presente continuo de la práctica. Siente ahora lo que no puedes sentir de otra forma. Enfréntate a la realidad de ser tú, sin dudas, sin miedos, sin mentiras. Enfréntate y sobrevive al instante para que este no muera entre tus brazos una y otra vez. Salta al vacío sin rencor, sin temor, sin esperanza.  Transpira, respira, muévete sin tregua. No tortures tu conciencia, todo f

Radios que no son nuestros 55

No es por su forma, no es por sus límites, no es por algo que se pueda percibir con cualquiera de nuestros limitados sentidos. El alma surge resonando en el vacío que gestamos al movernos. Lo hacemos marcando el límite de lo que decidimos. ¿Hasta dónde estamos dispuestos a adentrarnos en el bosque oscuro?¿Qué dragones osaremos despertar? Algunas imágenes devueltas por el espejo nos empujan hacia atrás, nos hacen resbalar y caer en los pozos de miedos que no nos pertenecen. Los sembraron otros en el pasado y dejaron el espacio infinito de sus caídas para que no dejemos de conocer eso que algunos llaman Infierno. Parece que no podemos pararnos a mirar, no podemos esperar, no cabe de forma alguna imaginar nada que no avance hacia la vanguardia de nuestro pasado infinito.  Todas las preguntas contaminan el presente cuando perdemos la inercia del avance, cuando queremos que el universo entero se detenga ante nosotros; no podemos dejar de pedalear sin riesgo de perder el equilibrio.