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Mostrando entradas de 2020

A merced de lo desconocido. 65

  Seguir el consejo no siempre es fácil. Si las medidas que adoptamos dentro del marco de nuestra propia autonomía sobresalen del continuo, tropezamos. Toda orquesta se siente influenciada, de algún modo, por los propios sonidos internos y externos de la música, nada escapa al ruido imperante. El gesto de estudio debe permanecer sin traspasar las barreras prohibidas de lo absoluto. Un tipo de conciencia que entiende sin comprender y que avista antes de asomarse, quizá porque el ruido no puede ser otra cosa que tormenta. Es oscuro, misterioso; está oculto a sentidos sin diseño aparente. El inmenso y absoluto Dao nos atraviesa, y es el dolor de la herida el que nos confirma su existencia. Lo hace sin detalles, sin mediciones ni reflexiones. Está ahí y duele como todo lo que acontece fuera del marco definido. No queremos que deshagan nuestro libro, no queremos que nada interfiera en la película que dirigimos como actores de prestigio. Es terrible saber que, en el fondo, nada depende

Los errores de la mística. 64

Es vital diferenciar constantemente. Todos lo hacen, hasta este libro de sabiduría que, como tal, no acierta a veces a definirse sin errores. Es cierto y falso a la vez lo que dice en un dulce juego de contradicciones que tienen por misión el desconcierto de lo falso. La mente se equivoca cuando acierta y acierta en equivocarse para mostrarnos la irrealidad de todo lo real que nos rodea. El ángel anticipado del futuro impredecible carece de sentido cuando el bien y el mal se desmontan mutuamente. El escriba se cuela en las palabras que le trascienden para dejar un mensaje inconexo que nada tiene que ver con el Dao. Sin embargo, como propietario espiritual del verbo, es el libro el que marca su sentido robando el contenido y significado final a las palabras equivocadas. Trascendiendo su propio mensaje acalla las voces que critica, desprovee de peso al que sueña con colarse entre sus filas para transmitir sus miserias. No es hijo de nadie más que de sí mismo, nutrido por su propia vacuid

Dicotomía. 63

La eterna dicotomía entre el placer y el dolor condiciona nuestra existencia desde el origen de todo. Cualquier animal aprende siempre bajo estas dos certeras premisas. El hombre no escapa al influjo atractivo del placer y busca la fuga permanente de aquello que le suscita el sufrimiento. Es difícil separar la causa del origen. Y también resulta complejo entender que lo simple de este condicionamiento bipolar escapa, casi siempre, a nuestra percepción inmediata. Sucumbimos al placer de lo absurdo como si el dulce laberinto de lo complejo no fuese visible a los ojos del profano. El alma se construye de pequeñas complejidades entrelazadas. Recuerdos y sentimientos impregnados de sentido en nuestras vidas nos muestran luces de un pasado que nos reconforta en ocasiones, pero también puede torturarnos. Las herramientas de la mente nacieron por sí solas, o no, en un ambiente demandante; una alarma permanente para saber por dónde debemos transitar y cómo hacerlo sin perder mucho en el camino.

El complejo laberinto de la vida. 62

Parece imposible sustraerse a la complejidad del mundo. Todo es un proceso ininterrumpido de interferencias, interrupciones momentáneas de una línea original que nos regalan la diversidad de lo manifestado.  Sin dos líneas no hay interrupción ni cruce posible. Sin la duda y la certeza en continua interacción no podemos ordenar infinitamente el caos que conllevan los impactos. El presente choca con el eco del pasado y el futuro avanza aún más complejo que antaño. Todo sigue igual pero más rápido, nada cambia en lo exterior, solo las formas.  Pero lo interior está ahora más amenazado que nunca, su colapso parece inminente. Cuando todo el vacío se llene por completo tan sólo quedará una vía para que la transformación se renueve, la vía de la interrupción absoluta y del nuevo despertar a la esperanza. El cambio no es progresivo, ha llegado a su velocidad límite y pretende duplicar su envergadura. Nosotros somos los artífices de este cambio. Nosotros manifestamos en nuestro

En busca del líder. 61

Tiempos complejos para hablar de la excelencia en el gobierno. La utilidad que tiene sobre la masa la cabeza que decide es total. El rey que aflora en la adversidad reportando virtudes a lo humano, virtudes que tantos se esfuerzan en desdibujar cuando los rigores propios de la vida parecen oscurecer el horizonte. El libro nos habla de un ser superior, algo desconocido que se refleja en la calidad de sus acciones, sin nombre, sin descripción. Su huella es su consigna positiva. Imposible denostar lo innombrable, menos aún cuando su reflejo es solo luces sin sombras, las luces imposibles que la nada refleja sobre el burdo metal bombardeado. Estamos ahora a un paso del cero absoluto. Mirar la excelencia duele a los ojos tanto como mirar directamente a un sol que brilla más en la mitad de su recorrido. Ahora no hay dónde mirar. El excelso gobernante desapareció en un pasado lejano, un pasado de sangre y dolor que tenía en el trono el equilibrio comparativo de su nefasta real

Principio supremo de vacuidad. 60

Movimiento dentro de la quietud. Una frase que siempre me ha inquietado quizá por su falta de significado aparente. Contradicciones en las que nos movemos como seres llenos de polaridades en pugna. No acierto a entender lo efímero del movimiento de la mente cuando está sometida al empuje de las otras mentes que coexisten. Sucumbimos al principio de alteración permanente. Cada destello atrapa un fragmento de una atención que pretende unificarse sin conseguirlo. El aire y el cielo están como contraste de la materia y la tierra en este singular juego de opuestos que nos genera. Elementos, polaridades, quietudes y movimientos que tenemos que intentar simplemente percibir sin adjetivar, si lo hacemos volvemos a movilizar la rueda que siempre requiere de los pares de fuerza que giren su eje. Gira el eje permanente mientras no consigamos escapar de la realidad de la mentira. Construimos cada momento con palabras, recuerdos, futuros imaginados y silencios que interrumpen la cont

Mi sueño y mi presente

Franciszek Zmurko - Lady sleeping Amaneces descalza paseando por la orilla de mis sueños tus fríos pies te delatan el sueño, efímero, se me torna insuficiente. Apenas te deshojo entusiasmado mientras el sueño intenta vencer este rojo amanecer pero el alba siempre es más poderosa y en un rayo de luz de la mañana viajan mis sueños a tu lado. Darte sin pedirte nada mi credo se estremece al susurrarme tus suspiros los ojos, aún cerrados me durmieron mis tristezas y, sin quererlo, me despiertan aun mis dudas. Vuelvo a sentirte en el acto de buscarte, el vello encrespado de la mañana me obliga a refugiarme en tu leve tacto siempre con el pensamiento enquistado sobre la certeza de tú verdadero deseo. El ahora se transforma constante para darme sol y luna y mi periplo adormecido no me deja nada sobre lo que amar el sueño, engañoso, es una mezcla de recuerdos inexistentes y la realidad de la mañana no es más que un espejismo delicado

El arte de la guerra. 2

Pintura de Wang Kewei EN MEDIO DE LA BATALLA Los paralelismos entre la guerra y el ámbito del combate en las artes marciales que han llegado hasta nuestros días son indiscutibles. En el segundo capítulo del arte de la guerra se nos habla de la situación extrema, del momento en el que el combate está ya en marcha.  En la práctica marcial hablamos de las opciones determinadas por las características del momento. Hay un antes, un durante y un después del combate. Las indicaciones del texto sobre el durante, en especial en este capítulo, van desde el control propio haciendo alusión a cómo enfocar el momento desde el punto de vista organizativo, cómo establecer la moral óptima para la victoria, cómo mermar las fuerzas del enemigo y cómo actuar frente a la derrota. Todos estos elementos son comunes en cualquier modelo de combate enfocado a situaciones de autodefensa. Observar y percibir la situación para organizarse en base a ella es una premisa indiscutible en cualquier o

La incógnita del movimiento. 59

. Siempre imprecisa la traducción a lo burdo de aquello que nace complejo. El estudio no avanza desde modelos mesurables, se nos escapa en los conceptos que conocemos para adentrarse en cavernas, esas a las que nuestra comodidad nos impide acceder. ¿Es la vía del que busca el Tao absoluto o quizá la imagen del absoluto al que solo podemos aproximarnos levemente? Pasar por la vida desapercibidos, intentando no despertar al dragón global que nos contiene, rebuscando en sus entrañas nuestros propios misterios sin llegar nunca a descubrirlos. Así se hace la vía desde dentro hacia afuera. Aquietando las aguas turbulentas de nuestras mil experiencias hablando entre ellas. Sin espacio para el silencio emergente, el que podría regalarnos sus tesoros, tesoros que no interesan al ser mundano que habita en todos. Aun desconocemos el sentido, siempre tendremos esa duda sobre ser frágiles y rompernos en mil pedazos, en mil sentidos que no configuran una nada coherente. La solidez se pi

Quietos, esperando.

El desánimo pujando con fuerza mientras el silencio de un pensamiento cruzado con otro, interferido por miles de voces gritando sin coherencia, insiste en apagarnos la mirada. El páramo triste que nos promete esta desidia se disfraza de luces misteriosas que nadie ya cree. Lamentarse despacio para correr hacia el abismo en un barco que lamenta el principio y final de su viaje. Este trozo de humanos perdidos en su egoísta despertar, esta rama de instante disfrazado de esperanza sin un concierto que acompañe al triste e inevitable desenlace. ¿Qué hacemos? Buscamos el sentido del lienzo en blanco sin saber nunca que queríamos pintar. Miramos desde la lejanía como caen muertos  aquellos que sujetan desde el pasado nuestros balcones, esos desde los que aplaudimos a los héroes desconocidos. Estrenamos el desastre con la ilusión del que observa un cambio. Un estrepitoso gentío que llora a lo lejos nos anuncia nuestro futuro pero seguimos esper