¡¡NO DUDES!!
Durante el entrenamiento, no dudes. Siente, pero no dudes. Explórate a ti mismo reverberando en los impactos cuando golpeas. Siente el instante, despeja la duda, encuentra el sentido en tu entrega voluntaria y absoluta al momento. Hazlo como si cada día fuese un bautizo marcial inesperado.
Déjate sorprender por la rutina; solo en el silencio desvela ésta sus matices. Aprende a disfrutar la experiencia sin objetivo directo, el alma recoge sus frutos en plazos muy largos. No te escondas del instante, el precio del esfuerzo es minúsculo frente a ser auténtico, ser real, ser parte indisoluble del presente continuo de la práctica.
Siente ahora lo que no puedes sentir de otra forma. Enfréntate a la realidad de ser tú, sin dudas, sin miedos, sin mentiras. Enfréntate y sobrevive al instante para que este no muera entre tus brazos una y otra vez. Salta al vacío sin rencor, sin temor, sin esperanza.
Transpira, respira, muévete sin tregua. No tortures tu conciencia, todo forma parte del proceso de llegar a ser tú fortalecido.
No critiques, no sopeses, no opines. Siente, escucha, deja que el mensaje se filtre entre tus poros. Ábrelos al máximo, deja que tu cuerpo renueve su interior desde la respiración, desde el pulso, desde el esfuerzo, desde los golpes, no caben aquí las razones.
Respira y percibe, hazte uno con la dinámica de la acción, encuentra su ritmo, la sintonía, la balada de la lucha que escapa a tus oídos. Distingue las fisuras, las roturas del patrón, es de ahí de donde surgen las luces inesperadas que borran toda sombra de duda.
Acelera, entra y sal sin descanso, marca el suelo con paso firme y mirada absoluta ¡Atento!
Agradece, respira y descansa ahora. Siente el eco breve y profundo de lo que has experimentado para salir de aquí renacido. Vete pero vuelve, no olvides seguir vivo igual que aquí lo has estado. Hazlo en cada instante, en cada momento, a cada paso que das en la vida para nacer real en cada nueva exhalación.
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