¿Qué
entendemos por pueblo llano? Qué entendemos por los de arriba?
Malgastamos
una parte importante del vivir planteando cómo poder hacerlo según la norma.
Buscamos ser y tener antes que solamente existir conscientes de que esto,
progresivamente, se acaba.
La
merma de la vida es equiparable a un breve suspiro del universo en el que nos
enfrascamos en tareas inútiles diferenciando esto de aquello. Los que pueden,
los que tienen, los que gobiernan, son siempre aquellos cuya ambición, ego y
avaricia supera la media de los circundantes. No somos pasto ni rebaño, pero lo
parecemos cuando desatendemos nuestra sagrada misión de vivir libres de
trampas.
El
panorama siempre es oscuro si miramos de soslayo, percibiendo en detalle la
tela de araña en la que estamos inmersos. Hablamos de red olvidando el
significado real de esa palabra. Parece una broma en la que lo más evidente se
diluye en lo ilusorio para mostrarnos en nuestras narices cómo muchos se
alimentan de nuestras vidas.
Retomar
el control es separarse de esta trama. Avivar el fuego de lo individual
requiere renunciar a tantas cosas dulces como podamos. Adentrarnos en el camino
oscuro y sinuoso de nuestro yo más profundo para rescatarlo de las fauces
ilusorias que otros dibujan para nosotros, para tenernos inmóviles dentro del
tejido que sustenta sus guaridas; cual arañas que atrapan insectos que sueñan
en su capullo de tela inmovilizante que son libres para soñar.
¿Dónde
queda el volar de nuestro espíritu?, ¿sólo en los sueños? ¿Acaso renunciar a
este agasajo paralizante es revolucionario, es reaccionario, es imposible? Lo
será más si sucumbimos a confundir el sueño enredado con la última realidad de
libertad. Una libertad llena de peligros pero nunca menores que el destino que
nos confiere estar situados y encapsulados donde otros han decidido que
estemos.
No
depender de ello, comunicarnos, observar la finura de los hilos que nos
atrapan, su adherencia casi imperceptible, su invisible trama a nuestra primera
mirada, es un primer paso para abandonar la vida corrupta que nos proponen y
asumir el riesgo obligatorio de ser nosotros mismos sin tejidos que nos sitúen.
El vacío del espacio es el entorno libre dispuesto para la existencia. Escapar
se vuelve ahora una gran prioridad en nuestras necesidades inmediatas ya que la
red crece, se fortalece y nos atrapa con más fuerza que nunca.
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