Uno de los principales textos del taoísmo, el Dao
De Jing, comienza con una advertencia: «el tao que puede ser nombrado no
es el verdadero tao». Partiendo de esta sentencia casi absoluta, podemos caer
en el engaño de pensar que hablar de taoísmo es complejo, quizá insuficiente o
inapropiado. Sin embargo, el sabor que emana de esta corriente, bien religiosa
o bien filosófica, que impregna el alma profunda de todo lo chino, nos obliga
cuando menos a husmear para conocer el origen de ese cálido y aterciopelado
perfume.
Quizá, como punto de partida, deberíamos fijarnos
en la cita del investigador francés Roger-Pol Droit en su fantástico libro El
ideal de la sabiduría: De Lao-zi y el Buddha a Montaigne y Nietzsche, que nos marca también otra instrucción
correlativa a la primera: «al menos sabemos qué camino evitar: el de la certeza».
En el texto que tenemos previsto compartir para
este próximo mes de febrero, podemos adentrarnos en este mágico, atractivo,
exótico e incierto mundo taoísta a través de una historia, simple, pero repleta
de indicaciones sobre una ruta desordenada hacia la sabiduría y hacia una
posible forma de inmortalidad.
El universo taoísta está repleto de anécdotas, de
personajes ilustres de alto rango celestial y de humildes sombras humanas, de
sabiduría sin parangón, escondidas entre los líquenes húmedos de las altas
montañas de china. Este libro nos habla de seis de estos hombres y de una mujer
enrolada en un mismo destino común, la iluminación y el encuentro con el tao.
Nos encontramos ante una novela anónima escrita o
sacada a la luz durante la dinastía Ming (1368-1644).
Los personajes que aparecen en la obra gozan de historicidad demostrada en los anales de una de las escuelas
taoístas más influyentes, la de la Completa Realidad (vivieron entre las
dinastías Song y Yüan). El maestro Wang Ch´ung-yang aparece como el director de
orquesta de este elenco de 7 discípulos a los que instruye en su devenir hacia
el Tao mediante pruebas e instrucciones recibidas directamente de su
comunicación personal con el cielo.
El
libro está plagado de curiosas historias y peripecias en forma de aventuras en
las que los personajes muestran su determinación por la búsqueda de la
iluminación, pero también muestran los impedimentos, puramente humanos, que
deben superar para poder ascender por este duro sendero hacia el magisterio.
Los
siete maestros taoístas es uno de los textos del camino del Tao que enseña
desde la instrucción diferida, contando una historia para que, tanto los
personajes como el lector, aprendan y comprendan un mensaje no siempre asumible
desde el simple o complejo razonamiento. Una poesía o un sueño susurrado en el
que lo evidente se deja entrever junto a lo puramente mágico. Un onírico viaje
por una china ya inexistente en la que el alma de todo lo humano que acontece
en la historia se mueve entre sus letras siempre en la dirección ascendente del
destino de sus personajes.
Veamos
qué da de sí su lectura y a dónde nos llevan después las reflexiones
compartidas.
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