De nuestra anterior
cita en la que tratamos el capítulo 1 del Lao Zi de Mawangdui sacamos un
interesante debate que apuntaba bastante alto. Aunque pequeño, el texto es de
tal magnitud que en breves palabras apunta directamente a los pilares del «sentido»
sobre el que opera lo existencial, dentro de un equilibrio aceptable, cuando no
natural hasta sus últimas consecuencias.
Su crítica directa
a los valores confucianos es indiscutible si bien el texto se revela más como
un aviso o advertencia que como una crítica a estos principios. Aclarar el
concepto de virtud desde la visión del sabio taoísta frente a la ficticia
virtud no es sino una forma de fijar cuál de ambos caminos se perfilan óptimos en
la propuesta del tao.
Rito frente a
naturalidad nos ofrece también una reflexión interesante sobre la vacuidad de
lo artificial en el sentido puro de la búsqueda del propio sentido. El adorno
nos aleja de la realidad del objeto de nuestra búsqueda, mística, en tanto nos
seduce en el exterior de un templo al que para adentrarse es preciso despojarse
de los modelos fijados para convivir dentro de un modelo de sociedad establecido
desde el razonamiento.
Actuar sin actuar
no se nos presenta en este texto como una simple laxitud existencial en la que
proyectar un modelo vegetativo de vida humana. Quizá viene a advertirnos de esa
posibilidad cuando nos encajamos personalmente en roles vinculados a modelos
racionales de virtud, rectitud o benevolencia que, en el artificio de lo
educado, nos impiden la experiencia directa de estas virtudes desde la
comprensión profunda del sentido vital.
Este texto nos
ofrece en primer lugar dos direcciones y nos explica entre silencios por qué
prefiere una frente a otra. Así lo aconseja y así lo hemos leído.
En el siguiente
texto que veremos el próximo día 31/10/2014 a las 21:00 apunta en una dirección
similar ofreciéndonos la visión recurrente en el ámbito místico de la «humildad»
como precepto insoslayable en la búsqueda de una experiencia absoluta e
inmediata a la que no podemos acceder desde nuestro actor principal.
Analizaremos este texto y lo veremos en la perspectiva tranquila que el mismo
texto nos propone como base de todo equilibrio.
Esta vez será el
texto 2 (XXXIX) del Laozi de Mawangdui en su página 221 de la versión propuesta
como foco de lectura.
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